El rey Juan Carlos busca «reconciliarse» con España en sus memorias: los puntos clave de su nuevo libro

Las memorias del rey emérito de España, Juan Carlos de Borbón, son un libro «muy personal» en el que, sin evitar las polémicas, busca «acercarse» a los españoles, explica la autora francesa Laurence Debray, que le ayudó a escribirlas.

«Reconciliación» salió a la venta en Francia este miércoles, antes de su versión en español en diciembre. En este libro, el exmonarca de 87 años rememora momentos clave de su vida, desde su infancia hasta el exilio en Abu Dabi desde 2020 y el distanciamiento con su hijo y heredero Felipe.

En una entrevista con AFP, Debray —hija de un conocido intelectual francés y una antropóloga venezolana— explica cómo dieron vida a las memorias de este exjefe de Estado español «con un destino europeo único».

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La escritora desconoce si la Casa Real española leyó sus 500 páginas antes de su publicación. Pero asegura que en ellas el emérito no evita ningún tema, tampoco los escándalos financieros y sentimentales.

El proyecto de dejar para la posteridad su testimonio surgió en la capital emiratí. Su dirigente Mohamed Bin Zayed sugirió al monarca que «ahora que está lejos, tranquilo, [era] la hora de hacer balance», recuerda la autora francesa.

Aunque al principio no lo ve claro, luego se da cuenta de que «necesitaba transmitir lo que vivió» en episodios cruciales de la historia española, como la transición de la dictadura a la democracia, en un contexto en que esta última «no está de moda» en el mundo.

Es una forma de dar «su versión, su verdad, es la historia con mayúsculas pero descrita desde dentro, desde su punto de vista«, insiste Debray. Con este libro, también espera «que los españoles lo entiendan, que vean al hombre que hay detrás del rey», añade.

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Por eso, señala la escritora, el rey emérito tampoco evita abordar las cuestiones polémicas que lo rodearon en los últimos años.

«Dice públicamente que lamenta ciertas cosas. Es bastante explícito. Lo pone en perspectiva, lo hace en relación con toda una vida y todo un destino de rey», aclara Debray. «No iba a escribir un libro solo sobre eso».

Entre los escándalos mencionados en sus memorias, el exsoberano habla del donativo de 100 millones de dólares del difunto rey de Arabia Saudita, Abdulá. Fue «un grave error» aceptarlo, admite.

Otro «error» que lamenta «amargamente» en el libro es su relación con la aristócrata y empresaria alemana Corinna Larsen. Estaba con ella cuando se fracturó la cadera durante una cacería de elefantes en Botsuana en 2012.

Para Debray, no hay muchos reyes que hayan escrito sus memorias. «Es un libro que él quería ver publicado, que asume completamente».

La autora, que ya había escrito una biografía sobre Juan Carlos I en 2013 y lo entrevistó para un documental en vísperas de su abdicación en 2014, se instaló en septiembre de 2022 en Abu Dabi para trabajar con él en la escritura de las memorias.

«Le gustó mucho revivir sus recuerdos. El libro es muy personal», explica la escritora, a quien le sorprendió descubrir la «soledad que vivió desde su infancia».

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«En España hay una imagen de él como un hombre bastante jovial, cercano a la gente, simpático… Pero, en realidad, la otra cara de la moneda es que fue un hombre que estuvo muy solo, dividido entre su familia y Franco desde niño».

Durante dos años, Laurence Debray se reunió con el rey emérito en unas jornadas bien organizadas.

«Es un militar. Incluso si no depende de una agenda oficial, se levantaba temprano, a la misma hora, realizaba ejercicio físico, leía la prensa española. Después yo llegaba y trabajábamos«, recuerda.

Juan Carlos «es muy meticuloso con la elección de las palabras (…) y queríamos que el estilo reflejara su forma de hablar», recalca. Las conversaciones eran en francés, un idioma que el emérito domina desde su infancia en Suiza.

Para el título, tardaron un poco en encontrarlo, admite. Al final, «Reconciliación» correspondía bien, porque el monarca «reconcilió a los españoles» tras la dictadura de Francisco Franco y también funciona con «su voluntad actual» de «acercarse» a ellos «después de lo que ha pasado».

Los principales temas de las memorias del rey Juan Carlos I

Estos son algunos de los episodios narrados en «Reconciliación»:

La partida a España: «Un nudo en el estómago»

Juan Carlos I, nacido en Roma el 5 de enero de 1938, describe sus recuerdos de niñez, sobre todo en Suiza, donde la familia vivió unos años.

Sin embargo, uno de los momentos que más le marcaron entonces fue cuando se trasladó con 10 años de Portugal a España para ser educado bajo la tutela del dictador Francisco Franco.

«Ese país que era el mío, pero que no conocía, cuyo idioma no hablaba bien», confiesa en la versión en francés de sus memorias.

Al tomar el tren, su padre, el conde de Barcelona, le dijo a su madre: «María, despídete de Juanito [como se conoce cariñosamente al emérito] porque no sabemos cuándo lo volveremos a ver».

«Al oír sus palabras, sentí un nudo en el estómago», recuerda.

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El drama con su hermano

El soberano alude de forma comedida a otro episodio traumático de su juventud: la muerte de su hermano menor, Alfonso, de 14 años, en 1956.

Ambos estaban «jugando» con una pistola del calibre 22 en la residencia familiar de Estoril, en Portugal. Juan Carlos la habría disparado accidentalmente, en un caso que no fue realmente investigado por las autoridades portuguesas ni españolas.

«Habíamos quitado el cargador. No nos dimos cuenta de que quedaba una bala en la recámara. Se disparó un tiro al aire, la bala rebotó y alcanzó a mi hermano en plena frente», describe.

«Murió en brazos de nuestro padre. Hubo un antes y un después».

El último mensaje de Franco

A principios de noviembre de 1975, el general Franco, quien gobernó España con mano de hierro entre 1939 y 1975, está a punto de morir.

El todavía príncipe mantuvo una última conversación con él en el hospital: «Me tomó la mano y me dijo, como en un último suspiro: ‘Alteza, sólo le pido una cosa: mantenga la unidad del país'».

Juan Carlos I pensó que «tenía vía libre para emprender reformas, siempre y cuando no se pusiera en peligro la unidad de España».

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El 23-F

Uno de los episodios clave de la historia reciente de España fue el intento de golpe de Estado militar del 23 de febrero de 1981, que fracasó gracias al ya rey Juan Carlos I.

El soberano recuerda con todo tipo de detalles aquella noche, en la que pidió que su hijo Felipe estuviera presente: «Su instrucción como rey comenzó ese día».

Los estudios de la Radiotelevisión Española también fueron tomados y los equipos tardaron en llegar a la residencia real.

«Por fin grabo mi mensaje a la nación. (…) Me puse la chaqueta de general. Para ir más rápido, ni siquiera me puse los pantalones», rememora. «Mi discurso es sobrio y eficaz, de noventa segundos».

«Hispanoamérica»

«Yo soy un rey español que ama Hispanoamérica», subraya en un capítulo consagrado a los vínculos entre España y las naciones latinoamericanas que, según él, quiso «revitalizar».

Según el rey emérito, sus relaciones con todos los líderes latinoamericanos fueron «respetuosas, salvo una»: el venezolano Hugo Chávez, a quien dijo durante una cumbre en 2007 en Chile: «¿Por qué no te callas?».

Pese a no compartir sus ideas políticas, destaca su relación «casi familiar» con el cubano Fidel Castro: «Me enviaba cada año una buena caja de puros hasta que dejé de fumar (…) Siempre me emocionaba».

Regalos

El exmonarca explica en varias páginas el porqué de los cuantiosos obsequios que recibía, especialmente de algunas familias reales árabes, «un acto de prodigalidad de una monarquía hacia otra».

Sobre el donativo de 100 millones de dólares del difunto rey de Arabia Saudita, Abdulá, admite que fue «un grave error» aceptarlo.

A raíz de las revelaciones cada vez más embarazosas sobre el dudoso origen de su fortuna, abandonó España en 2020 después que se abriera una investigación judicial contra él, que fue más tarde archivada.

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Corinna

Aunque sin citarla por su nombre, el exmonarca reconoce otro «error»: su relación extramatrimonial con la aristócrata y empresaria alemana Corinna Larsen, quien lo demandó sin éxito en Reino Unido por acoso.

Estaba con ella cuando, durante una cacería de elefantes en Botsuana en 2012 y en plena crisis económica en España, se cayó y se fracturó una cadera, un comportamiento por el que pidió disculpas.

«No quiero que ella tenga la última palabra, que su versión se considere la única verdad» en este asunto que «tuvo un impacto desafortunado en mi reinado y mi destino», escribe el exsoberano, que se define como un «hombre herido».

Exilio

Su creciente impopularidad en España y sus achaques físicos lo llevaron a abdicar en 2014, pese a que su padre le solía decir que un rey «muere con las botas puestas», y seis años después se exilió a Abu Dabi para no perjudicar a la Corona.

«Pensaba alejarme unas semanas como máximo», reconoce el exmonarca, quien lamenta que cinco años después la reina Sofía no lo haya visitado y el «ostracismo» al que habría sido condenado.

«No hay un solo día en que la nostalgia no me invada», agrega.

Sobre la monarquía en España, «más reciente y frágil» que en otros países, Juan Carlos I asegura que «hará todo lo posible para que (su) hijo, el rey Felipe, triunfe al frente de la institución y que su hija, la princesa Leonor, extremadamente preparada, lo suceda».

La muerte

El «miedo» a morir sin dar su «versión de la Historia» le motivó a escribir sus memorias y aunque confiesa que «no está obsesionado» con su muerte, sus últimos años de vida planean sobre el libro.

El exsoberano recuerda el entierro en 2022 de su «prima», la reina Isabel II de Inglaterra, y un año después, el de su cuñado, el exrey griego Constantino II, quien «al menos tuvo la satisfacción de morir en Grecia».

«Espero, mientras viva, disfrutar de una jubilación tranquila, restablecer una relación armoniosa con mi hijo y, sobre todo, volver a España», concluye Juan Carlos I, quien desea «ser enterrado con honores».

ds

Fuente: Perfil.com